viernes, 29 de enero de 2016

LAS REVOLUCIONES MEDITERRÁNEAS DE 1820


REVOLUCIONES MEDITERRÁNEAS DE 1820: RASGOS COMUNES

En 1820, en varios países del entorno mediterráneo (Portugal, España, Piamonte, Nápoles, Grecia) estallaron movimientos revolucionarios que tuvieron una serie de rasgos comunes:
  • Su modelo fue la Constitución española de 1812.
  • Las constituciones que lograron aprobar los revolucionarios no duraron mucho.
  • Los levantamientos, salvo en el caso de Grecia, no brotaron del pueblo.
  • Tuvieron gran protagonismo las sociedades secretas formadas por oficiales del ejército, funcionarios, intelectuales, comerciantes... etc. Estas sociedades fueron los Carbonarios en Italia, la Masonería en España, Filike Hetairia en Grecia...
  • El desenlace de los acontecimiento y el futuro de los movimientos revolucionarios dependió siempre de la intervención de las grandes potencias




ESPAÑA


R. de Riego
El caso de España reproduce bien los pasos de la mayoría de estos movimientos revolucionarios: triunfo de un pronunciamiento, etapa de gobierno liberal, conspiración de los absolutistas que acuden a las potencias conservadoras (Santa Alianza, Quíntuple Alianza) que acuerdan su intervención para acabar con el foco revolucionario, vuelta al absolutismo y represión contra los liberales.

En 1820, en Cabezas de San Juan, triunfó el pronunciamiento de R. de Riego con un ejército que estaba a punto de embarcar para América con el objetivo de sofocar los movimientos independentistas que había brotado allí. Riego proclamó la vigencia de la Constitución de Cádiz.



"España está viviendo a merced de un poder arbitrario y absoluto, ejercido sin el menor respeto a las leyes fundamentales de la Nación. El Rey, que debe su trono a cuantos lucharon en la Guerra de la Independencia, no ha jurado, sin embargo, la Constitución, pacto entre el Monarca y el pueblo, cimiento y encarnación de toda Nación moderna. La Constitución española, justa y liberal, ha sido elaborada en Cádiz, entre sangre y sufrimiento. Mas el Rey no la ha jurado y es necesario, para que España se salve, que el Rey jure y respete esa Constitución de 1812, afirmación legítima y civil de los derechos y deberes de los españoles, de todos los españoles, desde el Rey al último labrador (...)

Sí, sí, soldados; la Constitución. ¡Viva la Constitución!"

Proclama con la que arengó Riego a sus tropas, al parecer redactada por Alcalá Galiano



Itinerario seguido por las tropas de Riego y otros focos revolucionarios en 1820.
Fuente: Wikipedia


Cuando la sublevación de Riego parecía no prosperar en Andalucía, el levantamiento triunfó en otros lugares: La Coruña y resto de Galicia, Oviedo, Murcia, Zaragoza, Pamplona, Barcelona, Madrid.. (ver mapa). Fernando VII, muy a su pesar, tuvo que jurar la Constitución de 1812. Se inició el conocido como Trienio Liberal.

(...) Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional; y mostrando á la Europa un modelo de sabiduría, orden y perfecta moderacion en una crisis que en otras naciones ha sido acompañada de lágrimas y desgracias, hagamos admirar y reverenciar el nombre Español, al mismo tiempo que labramos para siglos nuestra felicidad y nuestra gloria. Palacio de Madrid 10 de Marzo de 1820. 
Líneas finales del juramento de la Constitución por Fernando VII





Proclamación de la Constitución de 1812 en Madrid


Las Cortes inician su andadura con el propósito de acabar la labor inconclusa de la etapa de 1812. El régimen se puede calificar de un sistema de cogestión monárquico-parlamentaria (Artola). Fernando VII utiliza todos los recursos constitucionales (sobre todo el derecho a veto) para frenar las reformas; mientras tanto, sólo aspira a derribar el régimen contando con apoyos en el interior (acciones violentas de antiguos guerrilleros absolutistas, políticos absolutistas, clero) y en el exterior (La Junta de Bayona formada por militares y aristócratas exiliados presiona a la Europa conservadora para que articule la intervención en España). Esta actuación de Fernando VII logró dividir a los liberales:
  • Los Moderados o Doceañistas ven la participación real en el proceso reformista como indispensable. Son partidarios de un gobierno fuerte defensor de la propiedad y el orden social y de limitar ciertas libertades como la de prensa. Están en el poder los dos primeros años.
  • Los Exaltados  se oponen a la participación del Rey en el proceso reformista, creen que  sólo debe tener poder ejecutivo. Proponen medidas radicales destinadas a acabar con los restos de Antiguo Régimen, control del ejecutivo por las Cortes, libertades más amplias... 
Reunión de las Cortes durante el Trienio Liberal
Las Cortes, especialmente desde 1.822, desarrollaron una gran actividad legislativa:
  • Supresión privilegios y señoríos.
  • Abolición mayorazgos.
  • Venta de tierras de conventos de menos de 24 frailes.
  • Prohibición de adquirir tierras a las instituciones religiosas.
  • Reducción del diezmo a la mitad.
  • Abolición Inquisición y la Compañía de Jesús.
  • Se aprueba un Reglamento General de Instrucción Pública que defiende la centralización y secularización del sistema educativo.
  • Restablecimiento de la Milicia Nacional, a imitación francesa, para dotar al régimen de una fuerza distinta de la del ejército. En teoría debiera estar compuesta por milicias de voluntarios comunales, pero en la práctica dependió mucho del ejército.
  • Reforma del Ejército que se subordina al poder civil.
Se va organizando una oposición realista, alimentada especialmente por el clero. Surgen partidas realistas en muchos lugares cuyo objdetivo es acabar con el orden constitucional: Pola de Lena, Talavera, Galicia (donde fueron detenidos 44 individuos, 28 de ellos curas), Burgos (donde hubo ejecuciones por rebelión armada), Cataluña (con líderes como Costa, Romagosa, Bussons, Coll, Antón, Antonio Marañón... los tres últimos fueron curas), País Vasco (Quesada, Santos Ladrón, Eraso, Gorostidi, Lusarreta, cura Merino, Tomás de Zumalacárregui....). El rey gasta enormes cantidades en alimentar estos movimientos. Según Comellas, hubo más de 100 alzamientos. Tal vez la más importante iniciativa de los absolutistas fue la rebelión de la Guardia Real que protagonizó un asalto a la Corte que fue rechazado por la ilicia nacional (7 de julio de 1822). Este hecho propició la sustitución de los Moderados por los Exaltados en el gobierno.

La oposición realista formó la Regencia de Urgell (1.822) que justificaba la toma de la soberanía ante la "cautividad moral" a que estaba sometido Fernando VII por los liberales. Su objetivo era promover la vuelta al absolutismo y presionar a las Potencias Europeas para que interviniesen en España. La presidió Mataflorida que declaró ser autorizado  por el Rey, aunque tal vez nunca contó de forma expresa con este apoyo. 

Las Potencias de la Santa Alianza y Quíntuple Alianza, ante la petición de Fernando VII, en el Congreso de Verona (1822) decidieron intervenir en España. Lo hizo Francia que, en nombre de las Potencias, envió un ejército de 132.000 hombres, conocido como los "Cien mil hijos de San Luis" (también como "Ejército de la Fe"). Con las tropas francesas llegaron partidas de absolutistas que, ante la presión liberal, se habían refugiado en Francia. Las tropas francesas entraron rápidamente en Madrid sin ser contestados por el pueblo como en 1808. Las Cortes y el Gobierno, llevándose al Rey, se trasladaron a Sevilla y luego a Cádiz donde se rindieron, sin prestar resistencia, a los franceses. No se produjo la resistencia popular que esperaban los liberales. 





Fuente: Artehistoria

Fernando VII abolió la Constitución y la obra del Trienio. Volvió el Absolutismo y con él una feroz represión sobre los liberales: se inició el período conocido como la "decada ominosa"



ARTEHISTORIA

EJECUCIÓN DE RIEGO
El 17 de noviembre de 1823, Riego fue conducido al patíbulo en un serón y tirado por un pollino. Durante el recorrido hasta el lugar de ejecución (Plaza de la Cebada de Madrid) fue insultado, vejado, escupido, etc., y lo mismo durante su ahorcamiento al que acudió una multitud de curiosos. 

Era la misma gente que pocos meses antes lo había aclamado y  gritando contra el Rey el “¡Trágala perro”!  en referencia a su obligado juramento de la Constitución:
“Desde los niños
hasta los viejos,
todos repiten:
trágala, perro…
Trágala, trágala,
trágala, perro.
O ley o muerte
y viva Riego”.




PORTUGAL



Juan VI de Portugal
Juan VI

En 1820 se sublevó el ejército en Oporto, alentado por lo sucedido en España. La sublevación se extendió a otros lugares, entre ellos Lisboa. Tras el triunfo del levantamiento, se reunieron cortes constituyentes que iniciaron los trabajos para elaborar una constitución; ésta, de carácter radical, entraría en vigor en 1822. En 1821, los liberales llamaron a Juan VI (refugiado en Brasil) para que volviese a hacerse cargo de la corona.

La revolución pasó a Brasil donde, en 1822, fue proclamada la independencia del País bajo el emperador Don Pedro (era el heredero de la corona portuguesa refugiado en este país a raíz de la invasión napoleónica de Portugal) En 1825, Juan VI tuvo que reconocer la independencia Brasileña.

En Portugal, el año 1823, el partido absolutista se logró imponer al rey Juan VI, así hasta que en 1826 la intervención inglesa impuso una nueva constitución similar a la Carta Otorgada Francesa de 1814. Este régimen semiliberal fracasó cuando los ingleses dejaron de apoyarlo. 

Juan VI murió en 1826 (tal vez envenenado), dejando a la infanta Isabel como regente. El heredero debía ser Pedro, el emperador de Brasil, pero éste abdicó de sus derechos en su hija María que era menor de edad, por lo que  encargó de la regencia a su hermano Miguel. Éste, que no aceptaba perder el poder absolutista, dio un golpe de Estado, expulsó del País a su sobrina María y comenzó un gobierno basado en el terror contra liberales, masones, etc. (así hasta que, en 1834, fue expulsado del trono).


NÁPOLES

El triunfo de una revuelta, organizada por los Carbonarios, en 1820, obligó a Fernando I (que había restaurado el absolutismo) a jurar una constitución similar a la española del 12. Solicitó la ayuda de la Santa Alianza que trató el asunto en el Congreso de Laibach (1821) acordando la intervención armada que se encargó a Austria. Esta intervención puso fin al período constitucional y dio comienzo a una larga etapa reaccionaria, hasta 1830 (reinados de Fernando I y Francisco I). 


PIAMONTE

Los desordenes los comenzaron los estudiantes a los que se unieron algunos oficiales del ejército y miembros de los Carbonarios. El rey Víctor Manuel tuvo que abdicar en Carlos Félix al que se le impuso una constitución similar a la española de 1812. También aquí tuvo lugar la intervención austriaca tras la que se desencadenó una fuerte represión contra los liberales (hubo numerosas condenas de muerte).

GRECIA

De la in dependencia de Grecia, primera modificación del mapa de Viena me ocuparé en otra entrada. En Grecia el movimiento es un poco más complejo, en el proceso pesaron motivaciones nacionalistas y liberales.

martes, 26 de enero de 2016

UN CRÓNICA TOTAL DE LA BATALLA DE VERDÚN



JANKOWSKI, P.: “Verdún 1916. Crónica de la batalla más célebre de la Primera Guerra Mundial”. La Esfera de los Libros. Madrid, 2016.


Aprovechando el centenario del inicio de la batalla de Verdún, la Esfera de los Libros ha publicado el ensayo de P. Jankowski sobre esta batalla que comenzó el 21 de febrero de 1916. No es una crónica únicamente de los avatares militares, el autor trata de ir mucho más lejos, es una crónica total de una batalla a la que algunos calificaron como “matadero del mundo”.  No es para menos teniendo en cuenta que, en un espacio muy pequeño, hubo unas 375.000 bajas en cada bando contando a muertos, heridos y desaparecidos (una relación prácticamente de 1:1).  Cuando acabó, la línea de frente no había variado prácticamente nada. Una batalla de desgaste total.

El profesor Jankowski analiza los acontecimientos bélicos más significativos de la batalla, las innovaciones tácticas, el papel de la artillería cada vez de mayor calibre y más alcance, las nuevas formas de reconocimiento gracias a la aviación antes denostada y ahora considerada imprescindible,  el nuevo rol de los soldados de infantería, las tácticas y nuevas formas de lucha, el constante cambio de situación de las tropas que alternan entre ser defensores y atacantes, la solución a los problemas de abastecimiento  (nunca se había visto nada igual que la interminable fila de camiones que a diario abastecían a las tropas francesas recorriendo la denominada Voie Sacrée que llegaba al frente desde Bar-le-Duc).

Hasta aquí todo parece propio de un manual al uso. Sin embargo, el profesor Jankowski dedica la mayor parte del libro a buscar  respuesta a una serie de interrogantes que pueden ayudar a comprender mejor lo que sucedió en Verdún y en la Guerra en general. He aquí algunos de ellos:

  • ¿Cómo una batalla, que no fue decisiva (mucho menos que la del Marne) ni tuvo consecuencias políticas drásticas, se convirtió en referencia, incluso en guerra patriótica, para ambos bandos, especialmente para los franceses?
  • ¿Por qué Falkenhayn eligió Verdún? Desde la Guerra Franco-Prusiana e incluso antes, era un sector fortificado, pero de dudosa importancia estratégica. Es verdad que ambos contendientes buscaban romper el frente después de su inmovilización, pero no parecía ésta la zona más apropiada para hacerlo. Ni para Falkenhayn ni para Joffre Verdún era el sitio donde se decidiría la Guerra. ¿Qué buscó, entonces, Falkenhayn con su ataque? ¿Una maniobra de distracción? ¿Un golpe psicológico? ¿Una guerra de desgaste en la que se buscaba el agotamiento del enemigo provocando en sus filas más bajas que las propias? ¿Una victoria moral? El Memorándum que Falkenhayn redactó para justificar sus objetivos (perdido en los bombardeos de los aliados sobre Alemania en 1945) parece más bien una justificación a posteriori que algo realmente creíble. Falkenhayn un general arrogante, que contaba con el apoyo del Kaiser, tuvo que admitir que había subestimado a los franceses. Su obstinación en Verdún iba a costarle el relevo por el tándem Hindenburg-Ludendorff.
  • ¿Por qué Joffre, el alto mando francés y los dirigengtes políticos aceptaron un reto que iba a ocasionar tantas bajas? ¿No hubiera sido mejor una retirada estratégica? Petain, que llegó a Verdún para tomar el mando a los pocos días de iniciada la batalla, se propuso conservar el terreno a toda costa. Se hizo popular el grito “no pasarán”, un slogan que hizo fortuna ahora y lo haría posteriormente en otros contextos. El prestigio de Francia estaba en juego. El general Joffre sería acusado más tarde de poco previsor, de no hacer caso a los avisos de un posible ataque, de descuidar las defensas, etc. pero esto no alteró la decisión de resistir.
  • ¿Por qué ni Falkenhayn, ni Joffre, ni Petain querían el repliegue? ¿Cuestiones de prestigio, vanidad, sed de gloria, patriotismo…?
  • ¿Cómo pudieron soportar los soldados durante tanto tiempo esta pesadilla? Las condiciones de vida en el frente fueron extremas, especialmente durante el invierno cuando la lluvia, el barro y el lodo lo hacían todo más difícil.  Incesantes bombardeos acompañaban a unos soldados que sufrían la incomodidad de los refugios, la falta de comida y agua algunas veces, la malas condiciones higiénicas (piojos, ratas…), la falta de atención médica a los heridos, etc. ¿Qué hizo que los soldados siguiesen allí? ¿Patriotismo? ¿Odio al enemigo? ¿Resignación? ¿La obligación de hacer su trabajo, a veces sin demasiado entusiasmo? ¿Lealtad a los compañeros? ¿Sentimiento del deber?
  •  ¿Cómo lograron los mandos mantener la moral de la tropa tan propensa a caer? Los generales de ambos bandos vieron en esta cuestión como un problema no menor. En los dos bandos, se reconoció la importancia de mejorar la comida,  dar más permisos (las rotaciones de las topas fueron más frecuentes en el bando francés), dotar a tropa de ropa adecuada, facilitar la comunicación con sus familias... y de no exponer a los soldados a ataques o contraataques que solo podían conducir a ocasionar más bajas. Los censores buscan afanosamente en las cartas de los soldados muestras de pacifismo, derrotismo y rebelión para perseguir y controlar a sus autores (por eso estas cartas, tan abundantes, son una fuente que hay que tomar con ciertas precauciones).
  • ¿Por qué no hubo rebeliones, deserciones o amotinamientos masivos en Verdún? Estos fueron un peligro latente desde 1917, pero no en Verdún. Detectar y cortar de raíz su existencia fue una preocupación máxima para el mando. Es verdad que hubo descontentos, faltas de disciplina y algunas deserciones que fueron castigadas generalmente de forma no muy severa aunque buscando la ejemplaridad. Pero nunca adquirieron importancia generalizada.
  • ¿Cómo se presenta al enemigo? El enemigo era la palabra más utilizada por la prensa de ambos bandos. En Francia se presenta al enemigo alemán como bárbaro, masacrador, bastardo, granuja… En Alemania se ve a los franceses como cobardes, desorganizados, malos soldados… Se busca generar un odio que mantenga la moral y los deseos de combatir. Los mandos trataron de evitar algunos conatos de confraternización en momentos puntuales. Y, a pesar de todo, a veces, también se muestra admiración del enemigo, los altos mandos mostraron varias veces respeto por él.

El intento de dar respuesta a estas preguntas es, sin duda, la mayor aportación de esta obra. Para ello, P. Jankowski utiliza muchos testimonios de combatientes de ambos bandos y los va incluyendo de forma ágil en el texto.

También dedica el autor una especial atención al papel de una prensa sujeta a censura y a  cómo se ha tratado la batalla en la historiografía, en los manuales de Historia, en los textos escolares, en la literatura, el cine, etc.

La obra se completa con un par de mapas de la zona imprescindibles para seguir el relato, una colección de fotografías, un índice onomástico y, lo más interesante, una completísima bibliografía clasificada (fuentes primarias inéditas, fuentes primarias publicadas, fuentes secundarias).

En resumen, la obra de P. Jankowski, una crónica total de la batalla, es de lectura muy recomendada para profesores, estudiantes y aficionados a la historia de la Primera Guerra Mundial.



viernes, 22 de enero de 2016

FORMACIÓN DEL NACIONALISMO MODERNO Y SU PAPEL EN LAS REVOLUCIONES BURGUESAS


APARICIÓN EN ESCENA DEL NACIONALISMO MODERNO: REVOLUCIÓN FRANCESA Y ÉPOCA NAPOLEÓNICA

El movimiento de las nacionalidades moderno tomó cuerpo durante la Revolución Francesa sin olvidar que hunde sus raíces en la Edad Media. Desde entonces no ha perdido protagonismo en la vida política hasta hoy.

La Revolución Francesa favoreció la formación del nacionalismo moderno. En el proceso revolucionario se exaltó la nación frente a la monarquía, es la nación la que ostenta la soberanía frente al rey. El ejército nacional fue capaz de resistir a las coaliciones europeas demostrando con ello lo que puede el patriotismo de una "gran nación". Por otro lado, el concepto de soberanía nacional no sólo era aplicable al orden interno, sino también al internacional, lo que inspiró el  derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos. 

La forma de actuar de la Francia Revolucionaria y, posteriormente, de Napoleón, con las zonas y países ocupados (requisas, impuestos, reclutas, manejo de territorios....) despertó la "idea nacional" en muchos lugares como Italia, Rusia, España, Prusia... El grito francés en Valmy de "¡Viva la Nación!" es el que escucharían años después los ejércitos napoleónicos en muchos lugares de Europa.

Otra fuente del nacionalismo, ésta opuesta a la Revolución, fue el tradicionalismo. Va unido al descubrimiento del pasado (por influencia del Romanticismo), especialmente se ponen los ojos en la Edad Media. Se rescatan y divulgan leyendas y tradiciones medievales, se glorifica la libertad perdida, etc. 

Refiriéndose a estas fuentes revolucionaria y tradicionalista, contradictorias a primera vista, dice el profesor René Remond: "La dualidad del nacionalismo explica la complejidad de su historia y la ambivalencia de sus fenómenos".

El nacionalismo fue conformándose como un movimiento que defiende el derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos y que aspira a que los límites de los Estados coincidan con el de las nacionalidades.


EL NACIONALISMO TRAS EL CONGRESO DE VIENA: "MOTOR" REVOLUCIONARIO

En el Congreso de Viena, los dirigentes de las Potencias no tuvieron en cuenta los intereses de las nacionalidades y dibujaron un mapa que sólo atendía a sus propios intereses. Así que dejaron un germen de reivindicaciones nacionalistas en diversos lugares, "naciones sometidas" (PoloniaNoruega, territorios italianos y alemanes, Grecia, Finlandia, Bélgica, pueblos del Imperio Austro-Húngaro, Schelesvig, Holstein, Irlanda…). Ver esta entrada del Blog:
http://blogdelaclasedehistoria.blogspot.com.es/2016/01/cambios-territoriales-en-el-congreso-de.html

Para intentar conseguir sus reivindicaciones, el nacionalismo se convirtió en una fuerza revolucionaria que actuó como "motor" de las revoluciones burguesas (1820, 1830 y 1848).


El nacionalismo formó sociedades (generalmente secretas o en el exilio) que, desde 1830, suelen llevar el nombre de "joven": Joven Alemania, Joven Italia, Joven Irlanda...etc. y, como aglutinante de todas ellas la Joven Europa.

A pesar de existir terreno abonado en tantos lugares, antes de 1848 el Nacionalismo sólo tuvo éxitos parciales (Grecia, Bélgica...) y muchos fracasos. Existían muchos obstáculos para su triunfo: pocos soportes sociales (a pesar de que encontró apoyos en un amplio espectro ideológico no se convirtió en un fenómeno de masas hasta las últimas décadas del s. XIX), la competencia entre programas nacionalistas (monárquicos - republicanos, conservadores - democráticos), las dificultades para alterar el mapa del Congreso de Viena ante el compromiso de las potencias de mantener el statu quo.

En el s. XIX,  existe un nacionalismo unitario (pretendía integrar dentro de un Estado diversos territorios con vínculos comunes, se da en Italia y Alemania) y un nacionalismo disgregante (buscaba la independencia y la búsqueda de un nuevo Estado, se da en las "naciones sometidas" en el Congreso de Viena que se han mencionado más arriba)


¿QUÉ ES UNA NACIÓN? ¿QUIÉNES FORMAN UNA NACIÓN?

Hubo diferentes formas de entender el Nacionalismo, de responder a las preguntas ¿qué es una nación? ¿quiénes componen una nación? Se fueron conformando dos corrientes:

1) NACIONALISMO ORGÁNICO (CONSERVADOR)

La nación posee una existencia objetiva que está por encima del deseo particular de los individuos, es un ser viviente que se desarrolla mediante la acción de una fuerza superior (genio nacional) que se manifiesta en ciertos caracteres hereditarios: costumbres, tradiciones, lengua… la nación es fruto de un largo proceso histórico. Sería como una especie de "carga genética" a la que no es posible sustraerse mediante la voluntad. Los derechos de la nación no se derivan de los individuos que la integran, sino que nacen del organismo “vivo y eterno” que es la nación. 

Es la postura de filósofos alemanes como Herder o Fichte.


Herder
Herder  defiende el concepto de nación-pueblo (como grupo histórico) opuesto al de estado que puede ser una realidad artificial. Da mucha importancia al idioma, la nación estaba animada por una fuerza inconsciente que se muestra en el idioma, las canciones populares, las tradiciones...

"Puesto que el hombre nace de una raza y dentro de ella, su cultura, educación y mentalidad tienen carácter genético. De ahí esos caracteres nacionales tan peculiares y tan profundamente impresos en los pueblos más antiguos que se perfilan tan inequívocamente en toda su actuación sobre la tierra. Así como la fuente se enriquece con los componentes, fuerzas activas y sabor propios del suelo de donde brotó, así también el carácter de los pueblos antiguos se originó de los rasgos raciales, la región que habitaban, el sistema de vida adoptado y la educación, como también de las ocupaciones preferidas y las hazañas de su temprana historia que le eran propias. Las costumbres de los mayores penetraban profundamente y servían al pueblo de sublime modelo". J. G. Herder. "Ideas para una Filosofía de la Historia de la Humanidad"


Fichte
Fichte, en 1.807-8, tras la derrota prusina en Jena, escribió sus famosos "Discursos a la nación alemana" para invitar a los derrotados prusianos a luchar contra Napoleón. Para algunos es el primer doctrinario del nacionalismo alemán y un predecesor del pangermanismo. Quiere que Alemania forme un estado unificado, un imperio. Es un nacionalista germano ciertamente xenófobo, para él, la raza alemana es muy superior a las restantes, esta superioridad es, para él, un artículo de fe. Se muestra antilatino y afirma que los judíos no debieran tener la ciudadanía.




“En primer lugar, no tiene duda que los límites primeros, originarios y verdaderamente naturales del estado, son sus límites internos. Todos los que hablan un mismo idioma (...) hállanse unidos entre sí por un cúmulo de lazos invisibles, porque pueden comprenderse unos a otros (...). De estos límites internos, constituidos por las propias fuerzas de la naturaleza espiritual humana, se originan luego los límites o fronteras materiales”.

“La libertad para ellos significaba esto: mantenerse firmes para continuar siendo alemanes, independientes y en consonancia con el espíritu original de su raza... y propagar esta independencia en la posteridad (...). Asumieron, como algo fuera de toda duda, que cualquier alemán prefería morir antes de convertirse en romano... Nosotros, herederos de su patria, de su lengua y su manera de pensar, debemos estar agradecidos por haber sido alemanes (...). Nuestro actual problema... es sencillamente preservar la existencia y la continuidad de lo que es alemán. Todas las demás desavenencias se desvanecen ante este superior punto de vista... Es esencial que el supremo amor a la Patria, por parte de todo el pueblo de la nación alemana, no tenga rival alguno, por derecho propio, en todos y en cada uno de los estados alemanes”. G. Fichte: “Discursos a la nación alemana” (1807).

"El espíritu que actúa en la Historia no es el espíritu individual, sino el espíritu del pueblo. Este espíritu nacional es un ser vivo y se despliega en la religión, las artes, las ciencias, los acontecimientos..." (Hegel)


2) NACIONALISMO LIBERAL.


Este concepto se desarrolla sobre todo en Francia e Italia, con Renan o Mazzini. Una nación surge de la voluntad de los individuos que la componen y el compromiso que estos adquieren de convivir y ser regidos por unas instituciones comunes; estos ciudadanos están generalmente ligados por una historia, una lengua, una cultura… comunes. Es, pues, la persona quien de forma subjetiva e individual decide formar parte de una determinada unidad política a través de un compromiso o pacto.

Renan
"Una Nación es un alma, un principio espiritual. Dos cosas que, en realidad, se convierten en una, constituyen esta alma, este principio espiritual. Una se encuentra en el pasado, y la otra en el presente. Una es la posesión de un rico legado de recuerdos, la otra el consentimiento actual, el deseo de vivir conjuntamente, la voluntad de hacer valer la herencia de quien lo ha recibido (...). Una nación es, pues, una gran solidaridad (...). La existencia de una nación es un plebiscito de cada día, como la existencia del individuo es una afirmación perpetua de vida".
“¿Sobre qué criterios se funda este derecho nacional?
1- Muchos dicen que la raza, sin embargo (la raza) nada ha significado en la constitución de las naciones modernas. Francia es céltica, ibérica, germánica; Alemania es germánica, es céltica, es eslava. La verdad es que no hay raza pura, y que asentar la política en el análisis etnográfico es montarla sobre una quimera.
2- Lo que acabamos de decir de la raza también debe decirse de la lengua. La lengua invita a reunirse, pero no fuerza a ello.
3- Tampoco la religión puede ofrecer base suficiente para el establecimiento de una nacionalidad moderna. La religión se ha vuelto cosa individual; mira a la conciencia de cada uno
4- La geografía -las que llaman fronteras naturales- tiene una parte considerable en la división de las naciones. La geografía es uno de los factores esenciales de la historia. 
Acabamos de ver lo que no basta para crear tal principio nacional: la raza, la lengua, la afinidad religiosa, la geografía. ¿Qué más hace falta? Dos cosas. La una es la posesión en común de un rico legado de recuerdos; la otra es el consentimiento actual, el deseo de vivir juntos, la voluntad de seguir haciendo valer la herencia que se ha recibido indivisa. Una nación es, pues, una gran solidaridad constituida por el sentimiento de los sacrificios que se han hecho y de los que aún se está dispuesto a hacer... Las naciones no son algo eterno. Han comenzado y concluirán. Probablemente las reemplazará la confederación europea.”

Ernest Renan: "¿ Qué es una Nación?", Conferencia pronunciada el 11-03-1882.



G. Mazzini
Mazzini es uno de los mejores representantes de este nacionalismo liberal. Fue un patriota italiano y, a la vez, un europeo convencido. Es un eterno y activo conspirador que participó en los movimientos revolucionarios. En otras entradas expondré su protagonismo en las revoluciones de 1830 y 1848.

"Una Nación es la asociación de todos los hombres que, agrupados por la lengua, por ciertas condiciones geográficas o por el papel que han desempeñado en la Historia, reconocen un mismo principio y marchan, bajo el impulso de un derecho unificado, a la conquista de un mismo objetivo definido (...). La Patria es, ante todo la "conciencia" de la Patria". Mazzini, " ¿Qué es una nación?", 1834.




miércoles, 20 de enero de 2016

EL LIBERALISMO POLÍTICO: DE IDEOLOGÍA REVOLUCIONARIA A CONSERVADORA


El liberalismo político es la ideología política de la burguesía. Es la otra cara del liberalismo económico tratado en otra entrada de este Blog:
http://blogdelaclasedehistoria.blogspot.com.es/2015/12/principios-basicos-del-liberalismo.html

Los antecedentes del liberalismo político los encontramos en las aportaciones de la revolución inglesa del s. XVII, las ideas ilustradas de la Enciclopedia y en pensadores como Locke, Montesquieu, Rousseau... De todos ellos me he ocupado en entradas relacionadas con las causas de la Revolución Fancesa (ver etiqueta "Revolución Francesa").

Durante la Restauración, el liberalismo es un movimiento revolucionario, la burguesía quiere acabar con el orden existente y hacerse con el poder político. De hecho, el liberalismo es uno de los "motores" de las revoluciones burguesas (1820, 1830 y 1848) junto con el nacionalismo, las crisis económicas y, en menor medida, las nuevas ideas socialistas en el 48. Ahora bien, cuando la burguesía se ha hecho con el control del poder político, deja de ser revolucionaria y se convierte en conservadora. El liberalismo revolucionario da paso a un liberalismo conservador.



En los primeros tiempos de la Restauración, para evitar la represión, las ideas liberales se refugiaron en clubs y sociedades secretas (masones, comuneros, carbonarios…) que pretendían acabar con el absolutismo por medio de la conspiración. Al liberalismo le costó liberarse de esta dependencia de las sociedades secretas.


El Liberalismo político defiende:

  • La LIBERTAD INDIVIDUAL basada en la igualdad jurídica y expresada en unos derechos: libertad religiosa, derecho a la intimidad, libertad de prensa, derecho de propiedad, libertad de trabajo... La sociedad política debe estar basada en esta libertad individual.
  • INDIVIDUALISMO. El individuo está por encima del grupo y de la razón de Estado. La historia la hacen los individuos y no las clases sociales.
  • IGUALDAD ANTE LA LEY, no se trata de una igualdad social
  • SOBERANÍA NACIONAL. La soberanía está en la nación aunque la ejercen unos pocos: sufragio restringido. En el liberalismo democrático se va a llegar al concepto de SOBERANÍA POPULAR según el cual la soberanía reside en todos los miembros del pueblo: sufragio universal.
  • DIVISIÓN Y EQUILIBRIO DE PODERES que se convierte en un principio de garantía fundamental frente al absolutismo.
  • DERECHO AL SUFRAGIO, en esta época, casi siempre, restringido ("sólo la propiedad confiere al  individuo interés y cualidades para el gobierno").
  • CONSTITUCIONALISMO ESCRITO como norma general que ordena el régimen político. Hay algunas excepciones como Inglaterra donde no existe una constitución entendida a la manera francesa.

El liberalismo experimentó una evolución y se fue dividiendo en dos corrientes, moderado y radical:


Si observamos el cuadro anterior, podemos imaginar cuáles son las principales aspiraciones de los revolucionarios de 1830 (monarquías constituciones, sufragio censitario, libertades un tanto controladas....) y de los revolucionarios del 48 (repúblicas, sufragio universal, libertades más amplias, derechos sociales....).


PRINCIPIOS BÁSICOS DEL LIBERALISMO DOCTRINARIO SEGÚN B. CONSTANT, UNO DE LOS MAYORES IDEÓLOGOS DEL LIBERALISMO

“Ha observado muy bien un célebre escritor que, cuando los no-propietarios obtienen derechos políticos, ocurre una de estas tres cosas: o no reciben impulso más que de sí mismos y entonces destruyen la sociedad; o reciben el del hombre o de los hombres que están en el poder, siendo entonces instrumentos de tiranía; o reciben el de los aspirantes al poder y son entonces instrumentos de bandería. Precísase, pues, condiciones de propiedad, tanto para los electores como para los elegibles.
No quisiera perjudicar ni ofender a las clases laboriosas. (...) Frecuentemente están dispuestas a los más heroicos sacrificios, y su abnegación es tanto más admirable cuanto que no es recompensada ni por la fortuna ni por la gloria. Pero entiendo que el patriotismo que da el valor de morir por su patria es distinto del que hace capaz de conocer bien sus intereses. Se requiere, pues, otra condición, además del nacimiento o la mayoría de edad. Dicha condición es el ocio, indispensable a la adquisición de la cultura y el recto criterio. Sólo la propiedad hace a los hombres capacitados para el ejercicio de los derechos políticos”.

B. Constant. “Principios de política”, 1815.




lunes, 18 de enero de 2016

FRANCIA: RÉGIMEN DE LA CARTA OTORGADA Y REINADO DE LUIS XVIII, 1815-1824


Tras la caída de Napoleón, se restauró en Francia la monarquía considerada como la "legítima" en la persona de Luis XVIII, hermano del ajusticiado Luis XVI. En 1814 promulgó la Carta Otorgada en la que, dejando claro que era una "concesión graciosa" de su Majestad, el Rey se autolimitó en sus funciones de una forma controlada. En esto se diferencia claramente de una constitución: mientras una constitución es aprobada por los representes del pueblo elegidos, la Carta Otorgada es una concesión real. La Carta Otorgada, en sus 79 artículos, quería ser un compromiso entre las ideas de 1789, el estado napoleónico, la tradición monárquica y el parlamentarismo inglés. 

Edit. Vicens Vives

El esquema anterior recoge bien el funcionamiento de los poderes en la Carta Otorgada y su evolución en 1830. Síntesis del contenido de la Carta Otorgada:
  • No reconoce la soberanía nacional.
  • El Rey, además del poder ejecutivo, tiene iniciativa legal en exclusiva, sanciona las leyes, convoca las Cámaras anualmente y las puede disolver. El Rey no respondía ante las Cámaras. En caso de crisis el monarca podía hacer uso de poderes excepcionales como en el Antiguo Régimen.
  • Establece dos cámaras que carecen de iniciativa legal: los Pares y los Diputados.
  • Los Pares. Siguen modelo Inglés. Eran nombrados por el Rey en número ilimitado. La familia Real tiene escaño fijo. Forman parte de ella hereditariamente miembros de la alta aristocracia hereditaria. 
  • Los Diputados. Eran elegidos por 5 años por sufragio restringido (para tener derecho a voto era necesario pagar 300 francos de impuestos directos y tener 30 años; y para poder ser elegido había que pagar 1.000 francos de impuestos y tener y 44 años). En total, unos 90.000 electores únicamente. Con estas condiciones se entenderá que eran muy pocos los que podían votar y menos aún los que podían ser elegidos.
  • En la vida parlamentaria se introdujeron fórmulas inglesas: voto anual del presupuesto (sobre el que las Cámaras tienen total competencia), discurso del Trono al iniciarse las sesiones y Memoria de la Cámara como respuesta.
  • Reconoce algunas libertades y derechos de los franceses: igualdad ante la ley y los impuestos, libertad (incluso religiosa), propiedad, libertad de prensa (aunque esta podía ser suspendida)...
  • Mantiene la abolición del feudalismo, del sistema señorial y de los diezmos, el Código Civil, el Concordato y reconoce la legalidad de la venta de los bienes nacionales… Es una prueba de que la Restauración total no era posible, era, más bien, una restauración dinástica.
Trataba de armonizar las diferentes corrientes de la sociedad francesa, pero fue muy criticada por unos y otros (Absolutistas y Liberales). A pesar de todo, esta Carta va ser imitada en diversos países de Europa (por ejemplo el Estatuto Real de 1834 en España).

CARTA OTORGADA, 1814
“La Divina Providencia, volviéndonos a llamar a nuestros Estados después de una larga ausencia nos ha impuesto grandes obligaciones. La primera necesidad de nuestros súbditos era la paz (...)
El estado actual del Reino requería una Carta Constitucional, la habíamos prometido y la publicamos. Nos, hemos considerado que aunque en Francia la autoridad resida completamente en la persona del Rey, nuestros predecesores no habían vacilado nunca en modificar su ejercicio a tenor de la evolución de los tiempos (...)
A ejemplo de los Reyes que nos precedieron, Nos, hemos podido apreciar los efectos del progreso siempre creciente de la Ilustración y las nuevas relaciones que este progreso ha introducido en la sociedad...
Hemos reconocido que el deseo de nuestros súbditos por una Carta Constitucional era expresión de una necesidad real (...) Al mismo tiempo que reconocemos que una Constitución libre y monárquica debe llevar las esperanzas de la Europa ilustrada. Nos, hemos debido recordar que nuestro primer deber hacia nuestros pueblos era el de conservar, para su propio interés, los derechos y las prerrogativas de nuestra Corona... Hemos buscado, en fin, los principios de la Carta Constitucional en el carácter francés y en los monumentos venerables de los pasados siglos. Así, hemos visto en la renovación de la dignidad Par una institución verdaderamente nacional...
Nos, voluntariamente, y por el libre ejercicio de nuestra autoridad real, hemos acordado y acordamos conceder y otorgar a nuestros súbditos, tanto por Nos como por nuestros sucesores y para siempre, esta Carta Constitucional.”
Art. 13. (...) El poder ejecutivo corresponde sólo al rey
Art. 15. El poder legislativo se ejerce conjuntamente por el rey, la Cámara de los Pares y la Cámara de los Diputados…
Art. 16. El rey tiene iniciativa legal…
Art. 27. La designación de los Pares de Francia corresponde al Rey. Su número es ilimitado…
Art. 35. La Cámara de los Diputados se compondrá de los diputados elegidos por los colegios electorales..
Art. 40. Los electores que concurren al nombramiento de los diputados no pueden tener derecho al sufragio si no pagan una contribución directa de trescientos francos y si no tienen al menos treinta años.

Luis XVIII. Su vestimenta no difiere de la de
 un monarca del Antiguo Régimen, iba en 
consonancia  con sus maneras de gobernar

REINADO DE LUIS XVIII

A Luis XVIII se le puede definir, en palabras de Nere, como “Anciano prudente, egoísta y escéptico”. 

Durante su reinado hubo varios enfrentamientos entre los distintos grupos políticos que llevaron a Francia a un clima de casi guerra civil: la Revolución en Francia se resistía a desaparecer. Además, la superpoblación del campo trajo miseria de las clases modestas y una mayor diferenciación social.

Aunque prometió una amplia amnistía (Declaración de Cambray), sin embargo, se organizaron proscripciones (generales bonapartistas, protestantes... etc.), así hasta llegar a una “verdadera epidemia de venganzas” (Droz) que configuraron una época de  auténtico terror blanco.



Tendencias políticas:

1) ULTRARREALISTAS (ULTRAMONÁRQUICOS)
  • Su jefe era el Conde de Artois, hermano del Rey, que se rodeó de una especie de “gobierno oculto”. Él mismo era el Capitán General de la Guardia Nacional con lo que excluyó de la oficialidad a todos contrarios a sus ideas.
  • Este grupo dominó la Cámara de los Diputados. Inició una persecución de revolucionarios y regicidas convencidos (matanzas en masa en el Midí).
  • Según Droz, no pretendían volver al Antiguo Régimen, sino crear un nuevo orden monárquico y una religión basado en las ideas que habían madurado en su período de emigrados y con el renacimiento del catolicismo en FranciaSus ideas fueron difundidas por varios periódicos y escritores: De Bonald, Chateubriand...).
  • En febrero de 1820 tuvo lugar el asesinato del Duque de Berry, hijo del futuro Carlos X y sobrino del Rey. Este hecho agravó la cólera de los ultras, que impulsaron el "terror blanco" desde el gobierno.
  • Líderes de este grupo: Conde Villèle (jefe del grupo parlamentario), Polignac, Chateubriand, Corbiére, Mathieu de Mongomercy...
  • Sus bases estaban en el clero (que lo extendía al pueblo), los terratenientes, algunos fuertes comerciantes (principalmente en Marsella) que sufrieron las consecuencias del bloqueo napoleónico.

2) CONSTITUCIONALES
  • Nacidos como reacción ante los exaltados ultras. Hostiles a cualquier violencia, especialmente al Terror Blanco. 
  • Son partidarios de una monarquía constitucional. No forman un auténtico grupo por carácter de cohesión. Tienen pocos diputados en 1815. 
  • Sus componentes oscilan desde una derecha a una izquierda. Entre sus componentes había una facción importante de la aristocracia y de la burguesía liberal.
  • Tenían también sus órganos de expresión, el principal “Le Moniteur”.

3) INDEPENDIENTES
  • Cada vez más radicales frente a los ultras. Son Republicanos, Bonapartistas, etc., todos enemigos del Régimen. Desde 1817 forman un grupo antigobierno. 
  • Organizan fuertes campañas anticlericales (Los Jesuitas, orden Restaurada, se convierte en símbolo para unos y otros).
  • Se dedican a conspirar, sobre todo en 1820-1 siguiendo el ejemplo de los acontecimientos que suceden en España e Italia.
  • El cerebro del partido era B. Constant, su abanderado Lafayette y su recaudador de fondos Laffitte. Muchos de sus dirigentes formaban parte de la masonería.
  • Contaba con una prensa que era constantemente censurada, por ello procuraba adaptarse apareciendo o desapareciendo: en 1918 vieron la luz 56 periódicos independientes.


ETAPAS DEL GOBIERNO

1) Inicios del reinado, 1815-1816

En las elecciones de 1815 se eligió una Cámara “vibrante de odio contra la Revolución” (Droz). El Duque de Richelieu, sustituto de Talleyrand, formó un gobierno muy a la derecha que aprobó una serie de leyes de excepción (dirigidas especialmente contra las libertades individuales) que trajeron un terror legal. En esta represión participaron también varias sociedades secretas (Caballeros de la Fe, Asociación Bretona, Francos Regenerados, Asociación Monárquica del Mediodía...). La víctima más renombrada de este terror fue el mariscal Ney. Las reacciones fueron débiles, por ejemplo la conspiración de Diedier en Grenoble. 

Esta forma de gobernar, basada en el terror, acabó por inquietar incluso a los círculos allegados a Luis XVI que querían una base electoral algo más amplia y a  algunos embajadores extranjeros, por ejemplo al de Rusia.


2) Desde 1816 hasta 1820 se ensayó una especie de gobierno constitucional.

Algunas reformas:
  • Reforma de la Ley electoral de 1817 que favorecía a los liberales.
  • Reforma del ejército (12.03.18) que fijaba el reclutamiento por alistamientos voluntarios y sorteos.
  • Ley Serre que suprimió la censura de prensa y la autorización previa para publicar lo que trajo un auge momentáneo de la prensa liberal.
Esta política de apertura se frenó ante el éxito de la izquierda en las elecciones, especialmente en las de 1819, y el mencionado asesinato del Duque de Berry (Feb, 1820). A partir de 1820 siguió un largo período de reacción ultra: supresión de la libertad individual, supresión de la libertad de prensa nueva reforma de la Ley Electoral reservando el sufragio a lo más ricos (doble voto para ellos), etc.


3) De 1820 hasta el final del reinado (1824)

En 1820 apareció de nuevo la Cámara dominada por los ultras. Se suspendieron las libertades individuales y la libertad de prensa, se reformó nuevamente la ley electoral para dar más protagonismo a los grandes propietarios.

La oposición no tuvo otra salida que la revolucionaria, sobre todo alentada por las sociedades secretas (Carbonarios), que coincidió con una acción revolucionaria en diversos países europeos (revoluciones de 1820). El miedo a la revolución favoreció, a su vez, a la reacción.

(Para la redacción de esta entrada se ha tenido muy en cuenta la obra de J. DROZ "Europa: restauración y revolución 1815-1848" Siglo XXI)


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